Hablamos de un vasto concepto de intercambio, en el que caben aspectos más o menos abstractos capaces de motivar la genesis del objeto arquitectónico y de definir su papel en la ciudad.
Partimos de descubrir las carencias que tiene el casco de Guadalajara y hacer propuestas que completen su carácter urbano para permitirle competir con sus desarrollos modernos y con las ciudades (Alcalá, Madrid) de sue entorno.
La primera mirada ha sido introspectiva, desde y hacia dentro, aparecen unas primeras propuestas contenidas en el tejido tardomedieval que intentan cubrir los déficits del casco.
Pero, ¿Qué hay más allá del Alamín, del Coquín, en el glacis? ¿Cómo se leen esas carencias desde la otra orilla?
Pero, ¿Qué hay más allá del Alamín, del Coquín, en el glacis? ¿Cómo se leen esas carencias desde la otra orilla?
Una comprensión tan cercana del tejido urbano puede llevar a distorsines de la realidad, a una tumoración de los tejidos urbanos interiores, a que un humor vítreo impida la comprensión de sus plazas y al estancamiento de sus funciones.
Tenemos que cambiar de óptica para que continuen los canales de comunicación, se mantangan vivos y su carácter siga siendo de gates que mantienen el fluir de los intercambios en lugar de construirse como doors que se nos cierran y dificultan o impiden el intercambio.
Plantearemos el siguiente paso como el de la localización de un segundo grupo de arquitecturas -como componentes de la ciudad- que produzcan esta interacción desde la otra orrilla y con un caracter alternativo al urbano del casco.
Para ello jalonaremos el glacis con la colocación de unas arquitecturas que cumplan un grupo de valores y renuncien expresamente a otros, por lo que volvemos a la carga con dogma añadiendo alguna restricción más, con lo que aunque no quedarán exclusivamente restringidas a un valor, sí podremos decir los que se potencian: arquitecturas-estandarte, arquitecturas-contendor y arquitectura-indicador.
En esta segunda propuesta operaremos las siguientes restricciones:
1/ mantenemos un solo material-lenguaje
2/ el volumen será (en x, y, z) de 9, 9 y 45 m. aunque se puede situar con hasta 12 m de elevación sobre la rasante.
3/ el 70% del uso será residencial
Estos jalones, saetas, o banderillas, se localizarán como lo haría un experto arquero, que consiguiese poner la flecha donde previamente ha puesto el ojo, pero un arquero con corazón de arquitecto y con ánimo de utilizar sus flechazos como certeras puntadas que suturen la brecha entre Guadalajara y sus ensanches.
Las flechas del arquero son aparentemente iguales, quizá alguna tenga algo más de peso, sea ligeramente más larga o el brazo del arquero tensó más el arco. Lo importante será el destino y la carga adicional (en lo figurado: ¿sedante o letal?) de intención (previsiblemente múltiple) con que se localice la actuación entre los componentes de la ciudad actual.
Tenemos que cambiar de óptica para que continuen los canales de comunicación, se mantangan vivos y su carácter siga siendo de gates que mantienen el fluir de los intercambios en lugar de construirse como doors que se nos cierran y dificultan o impiden el intercambio.
Plantearemos el siguiente paso como el de la localización de un segundo grupo de arquitecturas -como componentes de la ciudad- que produzcan esta interacción desde la otra orrilla y con un caracter alternativo al urbano del casco.
Para ello jalonaremos el glacis con la colocación de unas arquitecturas que cumplan un grupo de valores y renuncien expresamente a otros, por lo que volvemos a la carga con dogma añadiendo alguna restricción más, con lo que aunque no quedarán exclusivamente restringidas a un valor, sí podremos decir los que se potencian: arquitecturas-estandarte, arquitecturas-contendor y arquitectura-indicador.
En esta segunda propuesta operaremos las siguientes restricciones:
1/ mantenemos un solo material-lenguaje
2/ el volumen será (en x, y, z) de 9, 9 y 45 m. aunque se puede situar con hasta 12 m de elevación sobre la rasante.
3/ el 70% del uso será residencial
Estos jalones, saetas, o banderillas, se localizarán como lo haría un experto arquero, que consiguiese poner la flecha donde previamente ha puesto el ojo, pero un arquero con corazón de arquitecto y con ánimo de utilizar sus flechazos como certeras puntadas que suturen la brecha entre Guadalajara y sus ensanches.
Las flechas del arquero son aparentemente iguales, quizá alguna tenga algo más de peso, sea ligeramente más larga o el brazo del arquero tensó más el arco. Lo importante será el destino y la carga adicional (en lo figurado: ¿sedante o letal?) de intención (previsiblemente múltiple) con que se localice la actuación entre los componentes de la ciudad actual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario