Desde el punto de vista humano, y en particularde la actividad humana, la realidad es un campo turbulento, vertiginoso, contradictorio, quizá hostil en algunos casos y siempre sumamente atractivo. No cabe duda de que podemos encontrar algún rincón en que se estén desarrollando trabajos, e ideas, en las que estamos inmersos; más aun, es sólo cuestión de atender y podríamos oír las palabras que estamos pensando.
La actividad del arquitecto debe actuar en este campo, el contexto completo y real sobre el que se producen simultáneamiente intervenciones de distinto tipo y con distinta intención. Los agentes que intervienen sobre esa realidad contextual, o sobre los diversos aspectos de ella que nos afectan (que podríamos entender que son practicamente el 100 %), lo hacen con criterios e intereses diversos, cada uno de ellos pretende un objetivo y comprende esa realidad desde una pesrspectiva que podríamos definir como interesada, personal, pero a la vez sugerente, y que también puede llegar a ser nuestra.
El trabajo del arquitecto, que tiene como fin último el formar parte de esa realidad compleja, que nace de ella y foma parte de esa realidad desde el momento en que se inicia, no puede sino iniciar con una voluntad poliédria, multifocal y con la ambición de abordar simultáneamente todos los requerimientos y solicitaciones a que está sometido y a que estará sometido su resultado.
Veamos algún caso en el que se reflejan estos aspectos que refuerzan las ideas de simultaneidad y multifocalidad.La casa que Alvar Aalto se construyó en Muuratsalo (1952) plantea, como origen del proyecto, un espacio en el que Aalto pueda disfrutar de la naturaleza encendiendo un fuego en el bosque, que significa en el centro del patio, pero iluminados por la luz de este fuego enmcontramos otras cosas que, quizá dentro de esta idea básica de lugar, el arquitecto arrastra en su reflexión de proyecto:
- Experimentalidad contructiva y material
- Cómo llegar
- Referencia cosmológica
- Cómo mirar (la casa, desde la casa...)
- El programa - concepto de cobijo
- Color, forma y lugar
Moore incorpora la música del piano en lugar del crepitar del fuego, y pasado el ecuador del siglo XX ¿no podemos considerar los dos como sonidos de la naturaleza? y podemos encontrar valores similares en esta vivienda a los que hemos leido en la de Aalto o en muchas de las arquitecturas que reconocemos como tales de entre el patrimonio edificado, ¡cuestión de buscar!
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